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¿A partir de qué semana se hace la ecografía abdominal?

¿Qué es una ecografía abdominal y cuándo se realiza?

Una ecografía abdominal es una prueba de control prenatal que se realiza a mujeres embarazadas para comprobar el crecimiento fetal durante la gestación.

A través de unas ondas sonoras o de ultrasonido, es posible visualizar una imagen del embrión dentro de la placenta y analizar su estado. Es una de las pruebas más habituales porque es totalmente inofensiva tanto para el bebé como para la madre, por lo que no hay problema en realizar tantas ecografías en el embarazo como sean necesarias. 

Es habitual que los doctores autoricen la primera ecografía en la sexta semana de embarazo, aunque cabe la posibilidad de que el embrión no esté lo suficientemente desarrollado como para apreciarlo visualmente o escuchar el latido del corazón. De todos modos, si se hace entre esta y la décima semana por vía transvaginal, lo más probable es que se consigan los resultados deseados.

Dado que el feto apenas mide unos pocos milímetros, esta prueba tiene como fin la confirmación del embarazo, la localización del feto en la placenta y confirmar la edad gestacional exacta y el tipo de embarazo según el número de embriones.

No obstante, la ecografía abdominal más importante del embarazo es la que se lleva a cabo a partir de las 11 semanas de gestación, especialmente en la semana 12.

 

¿Cuántas ecografías se llevan a cabo durante el embarazo?

Una mujer embarazada puede someterse distintos tipos de ecografías, según el momento de la gestación en que lo haga.

  1. La primera ecografía es la que tiene lugar durante el primer trimestre de embarazo, concretamente entre las semanas 6 y 10. Es la que confirma el diagnóstico de embarazo y confirma la información más básica con respecto a este, tal y como se indica en el apartado anterior.
  2. La segunda ecografía, también considerada la primera por su importancia, se hace entre las semanas 11 y 14, sobre todo en la 12, y busca examinar la anatomía del embrión y, lo que la convierte en clave, detectar o descartar problemas o anomalías genéticas en este.
  3. La tercera ecografía se realiza superada la semana 20, más concretamente, entre la 22 y la 24. Con una perspectiva más detallada, estudia la anatomía fetal y la irrigación uterina placentaria con más precisión.
  4. Entre las semanas 28 y 29 de gestación, la mujer embarazada suele someterse a la cuarta ecografía, que puede ser en tres dimensiones para contemplar la estructura física del feto de forma más realista.
  5. La quinta y última ecografía, entre las semanas 32 y 34, ofrece una valoración del crecimiento del feto, su talla, vitalidad, su peso potencial como recién nacido e, incluso, el estado de la placenta, del cordón umbilical y del líquido amniótico.

 

¿Qué mide la ecografía de la semana 12?

La ecografía de la semana 12, realizada por vía abdominal, tiene como objetivo revelar información muy importante sobre el avance del embarazo, el estado del feto y su potencial desarrollo y condiciones físicas. 

Concretamente, esta es la información más destacada que proporciona:

  • La anatomía fetal general con la posibilidad de apreciar problemas morfológicos y cerebrales.
  • La edad del embarazo y prevé la fecha de parto aproximada, ya que el tiempo de gestación no siempre coincide con el de la última menstruación. Midiendo la longitud del embrión desde el cráneo hasta la rabadilla puede determinarse la edad con un margen de error de menos de siete días.
  • La vitalidad y desarrollo embrionarios.
  • El número de embriones que contiene la placenta. En el caso de gestación múltiple, también permite saber si comparten placenta o bolsa amniótica.
  • La posición del feto dentro del útero y la colocación de la placenta.
  • El sonido de los latidos cardíacos del feto.
  • Medición del pliegue o translucencia nucales para detectar o descartar anomalías genéticas como el síndrome de Down o la espina bífida.
  • Medición del índice de pulsatilidad en las arterias del útero que detecta el riesgo la madre de sufrir preeclampsia.
  • Descartar enfermedades o defectos en el útero y los ovarios maternos, como miomas, tumores, etc.
  • La circulación sanguínea en la placenta y del embrión.
  • El sexo fetal, con un margen de error de entre el 10% y el 15%.

 

Consejos para someterse a la primera ecografía abdominal

La ecografía abdominal es una prueba totalmente inofensiva para la madre y para el feto; además, es fácil de realizar y no exige mucho tiempo. En definitiva, es una prueba cómoda y sencilla.

No obstante, esto no exime a la paciente embarazada de tener en cuenta ciertos detalles que pueden resultar significativos a la hora de prepararse para la prueba e intentar que dé los resultados que se buscan.

Por ejemplo, es importante tomarse la ecografía como lo que es: un examen rutinario, tranquilo y para nada peligroso o dañino. Con esto, conviene acudir a la prueba con actitud relajada.

Además, la primera ecografía no es solo un examen, también un momento especial en el embarazo, ya que comporta conocer muchas más cosas sobre el futuro bebé. De ahí el optimismo y alegría que debe provocar.

Debe intentarse resolver cualquier duda sobre el embarazo aprovechando la ecografía y el tiempo del doctor o doctora. Si la imagen del feto no es fácilmente interpretable, conviene preguntar para tenerlo todo claro.

Por último, es importante guardar el informe de la ecografía y llevarlo a los siguientes controles, de forma que el doctor corrobore y se base en el trabajo del ecógrafo.

  
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